La Central de Información de Riegos del Banco de España, también conocido como CIRBE, se trata de un servicio público que gestiona una base de datos en la que aparecen reflejadas la mayor parte de los créditos, avales, préstamos y riesgos que las entidades financieras tienen con sus clientes. Esta podría ser una perfecta definición de cirbe, que hace referencia a toda la información que tienen sobre los usuarios los bancos en sus bases de datos.

Para cada uno de esos riesgos, las entidades que los declaran proporcionan la información más importante, recogiendo entre otras cosas la identificación del cliente y de las operaciones de crédito facilitadas. En el caso de ser titular de un préstamo hipotecario, tanto el nombre como el número de identificación fiscal se almacenarán en la CIRBE, junto a la cantidad adeudada a final de mes.

La base de datos de la Cirbe resulta accesible para todas las entidades, lo que supone que si una persona o empresa firmó un préstamo, el resto de entidades estarán al tanto de ello en un periodo de dos o tres meses. Es preciso, además, que la cantidad adeudada rebase los 6.000 euros.

¿Para qué sirve el CIRBE?

La Central de Información de Riesgos tiene dos finalidades principalmente.

  • Facilitar al Banco de España el correcto desarrollo de sus competencias y, en particular, las de supervisión e inspección de las entidades de crédito.
  • Proporcionar a las entidades declarantes la información precisa para su actividad. Cuando una entidad financiera analiza la posibilidad de conceder o no un préstamo, por medio de la cirbe y con su conocimiento, puede conocer cuál es la deuda que la persona o empresa mantiene con otras entidades y así conocer el grado de solvencia. Una vez concedido el préstamo, y mientras se deba, la entidad recibirá información de manera mensual de los distintos riesgos que hayan sido declarados a la Central de Información de Riesgos. En realidad se trata de un informe cirbe de riesgos que contribuirá a conocer su situación.