El término de chicharro es un término vulgar que hace referencia a aquella empresa que es de pequeño tamaño (por número de trabajadores o facturación), opera en bolsa y tiene una alta volatilidad y una escasa liquidez. Por lo general, y por lo que hemos indicado, esta empresa suele presentar una baja valoración y un alto riesgo si se pretende invertir en ella. El origen del término se encuentra en el jurel, un pescado que se suele vender a bajo precio y al que se conoce también con este vocablo, chicharro.

En general, los chicharros son empresas que no suelen tener suerte y, a pesar de su tamaño, producen bienes y servicios que no son del todo de buena calidad. Además, los producen a expensas de pérdidas para la empresa.

No obstante, la inversión se suele dar con criterios especulativos en este tipo de empresas, ya que en ocasiones se pueden registrar fuertes subidas de cotización en un período corto de tiempo. Esto hace saltar las alarmas, sobre todo, de aquellos que no son muy especialistas en el tema de la inversión.

Lo malo de la existencia de este tipo de empresas es que cotizan con tan pésimos valores que son los particulares poco especialistas en bolsa los que son atraídos por ellas. Por este motivo, muchas personas pueden llegar a perder grandes cantidades de dinero si no saben con certeza en lo que están especulando.

Se recomienda hacer un estudio previo de la situación de la empresa, revisar cuentas de pérdidas y ganancias, y observar la tendencia que está teniendo en los últimos años para valorar cómo de eficaz puede ser invertir o no en ella.