Un boicot es la acción que se lleva a cabo para manifestar la negación a entablar o proseguir una relación comercial, personal o política con una persona individual o empresa, debido a la comisión de alguna falta reprobable que los implicados no estén de acuerdo en permitir. El boicot implica que al no comprar o vender a cierta compañía, o no seguir los planes o la corriente de lo que dice, la compañía tambalea e intenta cambiar los planes o acciones que estaba llevando a cabo.

La palabra proviene del capitán irlandés Charles Boycott, en la Guerra Agraria de 1870 en Irlanda, quien propuso cortar las relaciones existentes con el conde para obligar a ceder en su posición rebajando los arrendamientos de las tierras (siendo Charles el administrado de las fincas del conde de Erne).

Los boicots son maniobras de presión puntual que buscan corregir o, en cierto modo, anular las acciones que acometen ciertas compañías y conseguir lo que se quiere. Si el boicot se prolonga en el tiempo para fines más complejos se suele utilizar la palabra «embargo«, en vez de boicot.

Entre los boicots más destacados a nivel mundial encontramos el apartheid en Sudáfrica, contra compañías como Shell, Kellogg’s o Coca Cola, para evitar que se continuaran las operaciones malintencionadas e intentar abolir las políticas segregacionistas (que finalmente se logró en 1994).

Es importante destacar cómo se realizan los boicots, ya que pueden terminar dañando a empresas, empleados, familiares, fabricantes, transportistas, contratistas y proveedores afines, etc… Es decir, un boicot puede sabotear o distorsionar las operaciones de las compañías.