Desde un punto de vista económico, la autarquía consiste en un sistema económico orientado al autoabastecimiento o autosuficiencia. Es decir, la economía aspira a producir todos los recursos que necesita, minimizando los intercambios con la exterior. También se le denomina economía autosuficiente.

¿Cómo funcionan las economías autosuficientes?

La autarquía es un sistema en que la economía tiende a cerrarse y a restringir el comercio internacional.

Como punto positivo, en este sistema no se depende del exterior (o la dependencia es muy pequeña), por lo que, en teoría, la economía autárquica tampoco se ve afectada en exceso por acontecimientos externos, ya sea políticos o económicos.

Sin embargo, es posible que una economía no pueda producir todos los bienes que necesita o que de hacerlo, resulte mucho más caro producir determinados bienes, que simplemente comprarlos en otros países donde son abundantes. Además, ha de protegerse cualquier tipo de producción interior frente al exterior, mediante todo tipo de restricciones y gravámenes arancelarios.

La palabra autarquía parte del griego, autárkeia. Y, en un sentido más bien filosófico, posee connotaciones positivas. Pues, implica mayor libertad y menor dependencia de otros. Al tiempo que no existen deudas o compromisos previos con nadie.

Desde este punto de vista, es positiva. Sin embargo, al cerrarse tanto a los productos como a los capitales exteriores, se está también al margen de las tendencias positivas que existan fuera de la zona económica autárquica. La colaboración entre países tiene también sus ventajas, por lo que estas economías pierden esas ventajas.

Además, parece que una economía autárquica es más fuerte por su falta de dependencia y por su control sobre todo tipo de materias primas existentes en su suelo. No obstante, hay que tener en cuenta la dificultad que supone el poder abastecerse de todo tipo de bienes y materias primas, y, además, que el abastecimiento sea capaz de cubrir todas las necesidades existentes en la economía y tener un margen para las que se vayan produciendo.

Como puede apreciarse, esto es complicado, y, en algún momento, parece razonable que la economía autárquica se encuentre con algún tipo de escasez de materias primas y poco margen de maniobra para poder satisfacer las necesidades de sus ciudadanos.