Cuando se habla de aparato productivo hacemos referencia a la totalidad de recursos, tecnologías e instrumentos que son utilizados para poder producir los bienes y servicios necesarios en un país. Se tiene en cuenta, para ello, el total de empresas, instituciones o individuos que producen bienes y servicios del país con la finalidad de satisfacer demandas (tanto locales como extranjeras o externas).

Se indica que cuanto mayor sea el aparato productivo de un país o más instrumentos son utilizados para la fabricación de estos bienes y servicios, mayor es el crecimiento económico o el nivel de desarrollo de un país.

Por otro lado, el aparato productivo se mueve mediante incentivos, lo que implica que para que el volumen de este concepto sea mayor se deberán ofrecer tanto aspectos negativos como positivos. La finalidad radica en el deseo de las empresas por querer obtener beneficio con sus acciones (de ahí su existencia), queriendo maximizarlo o hacerlo viable. Para ello, la empresa tendrá que ver si los recursos que utiliza para fabricar los bienes o servicios no anulan su utilidad, y así sacar provecho de ello: consiguiendo su objetivo.

Podemos dividir el aparato productivo según 3 sectores, y teniendo en cuenta que cada uno de ellos utiliza recursos diferentes:

  • Primario. Actividades que tienen que ver con la extracción de recursos naturales (como la minería, la agricultura, la ganadería, etc).
  • Secundario. Es el sector industrial, que trata de transformar los recursos en bienes elaborados con el objetivo de servir como bienes a los consumidores.
  • Terciario. Es el sector de los servicios, en el que se incluyen actividades con tal de cubrir las necesidades de los clientes. Incluimos servicios como la hostelería, transporte, administración, etc.