Cada cierre del ejercicio contable, las empresas deben atribuir correctamente aquellos ingresos, gastos, activos y pasivos que correspondan al ejercicio. Conseguir que esto se cumpla mediante las medidas adecuadas es lo que se denomina como ajuste contable. Este término económico es fundamental para la gestión de la contabilidad de cualquier empresa.

¿Cómo se hace el ajuste contable?

El ajuste contable se lleva a cabo mediante una serie de correcciones que permiten que el resultado contable sea exacto. Entre los elementos que más influyen en el ajuste contable destacan los ingresos y los gastos, ya que en muchas ocasiones hay gastos o ingresos que al cierre del ejercicio que no se han contado o que corresponden a otros ejercicios. Por eso hay que realizar las correcciones y los ajustes necesarios para contabilizar esos ingresos y gastos correctamente y que el resultado contable cuadre.

No obstante, no hay que confundir estos ajustes contables con los ajustes extracontables, pues estos últimos lo que corrigen son  los gastos e ingresos a nivel fiscal.

Ejemplos de ajuste contable

Existe una amplia variedad de ajustes contables que se pueden realizar para cerrar el ejercicio correctamente. Entre los tipos de ajustes contables más habituales encontramos:

  • La comprobación de sumas y saldos
  • Ajustar la amortización del inmovilizado
  • Reclasificar las deudas de largo plazo al corto plazo
  • Adaptar los activos al deterioro
  • Asignar todas las provisiones
  • Regular las existencias
  • Periodificar los gastos e ingresos
  • Asentar el impuesto de sociedades
  • Controlar la distribución de gastos e ingresos en varios ejercicios
  • Ajustar los ingresos y gastos anticipados

Por todo ello es importante que antes de cerrar la contabilidad anual de una empresa se revisen bien las facturas de los proveedores, los albaranes pendientes, las facturas periódicas o la documentación de la declaración de impuestos, los resúmenes mensuales de nóminas y las declaraciones pagadas a la Seguridad Social.