Hipoteca 100%

Suena muy bien, y la verdad es que a día de hoy conseguir una hipoteca sin entrada es casi un reto para algunas personas. Hoy, te vamos a comentar en qué consisten estas hipotecas y cómo podríamos hacernos con una de ellas.

¿Qué es una hipoteca sin entrada?

Una hipoteca sin entrada se trata de un producto financiero en el que la entidad bancaria financia el total del valor de la vivienda y de sus gastos de escrituración, tanto del préstamo como de la vivienda que se ha adquirido.

Sin duda alguna, es un producto bastante apetecible tanto para los clientes (que era accesible para aquellas personas que no tenían grandes ahorros), como para los bancos, que se aprovechaba de las personas que aceptaban tales condiciones. Era toda una ventaja para aquellos que querían acceder a una hipoteca y no sabían cómo y he aquí el problema: suponía un riesgo para aquellos perfiles que accedían y no tenían los requisitos de solvencia que podrían exigirse en un primer momento.

A día de hoy y tras la crisis hipotecaria, este producto es difícil de encontrarlo en el mercado de las entidades bancarias. En todo caso, se encuentran hipotecas sin entrada denominadas hipoteca 100, que se encarga de cubrir el valor de la vivienda pero no de los gastos ocasionados.

Para evitar tener riesgos con este producto, lo más normal es que lo evitemos contratando una hipoteca convencional y lo financiemos de esta forma. De otra forma, podremos acceder a la financiación pero sin contar con un colchón de ahorros en el que podamos respaldarnos. Todo depende de lo solventes que podamos llegar a ser y de si el banco está dispuesto a cedernos una hipoteca de ésta envergadura.

Claves para conseguir el 100% de la hipoteca

Debemos advertir de que, actualmente, y tras la crisis hipotecaria que hemos vivido recientemente un banco no está dispuesto a financiar el 100% del total de una hipoteca. En todo caso, financia hasta un máximo de un 80%. No obstante, conseguir una financiación del 100% no es tan difícil.

Toma nota, pues te vamos a presentar algunas claves para poder conseguir dicha financiación:

Disponer de un buen perfil financiero

Sin duda, lo que motiva o mueve a los bancos a conceder o no una hipoteca de tales dimensiones es de tener un buen perfil financiero. Hablamos de un buen perfil financiero cuando el usuario presenta un sueldo estable y alto y algunos detalles que aseguren que pueda absorber la financiación que quiere recibir del banco, sin que éste incurra en muchos riesgos. Entre otras de las características, encontramos tener un contrato fijo en la empresa (y si es con antigüedad laboral, mejor), no tener préstamos sin resolver, no tener impagos o cobrar una media de 2700 ó 3000 euros al mes.

Contar con el apoyo de un profesional

Algunos profesionales como los servicios que ofrecen los intermediarios financieros o los brókers inmobiliarios sirve de mucho cuando intentan negociar con los bancos dichas concesiones. Igualmente, para poder ser ayudados por sus servicios deberemos pagar una comisión que tiene un coste entre el 1 y el 5% (aproximadamente, pues cada intermediario querrá cobrar lo que quiera) del capital conseguido.

Pedir hipoteca para comprar piso de bancos

Muchas veces, algunas entidades de crédito están dispuestas a ofrecer unas condiciones de financiación más atractivas e incluso a cubrir el valor de la compraventa para que se adquieran este tipo de productos financieros. No obstante, las hipotecas para pisos de bancos son hipotecas 100 (las vistas anteriormente), por lo que habría que negociar con el banco la financiación.

Ofrecer más garantías

Ofrecer garantías es algo que el banco valora muy positivamente. Alguna de éstas garantías puede ser el hecho de tener otro inmueble en nuestras manos que ya tuviésemos o contar con un avalista (una persona que, en caso de que no podamos pagar nosotros, responda a nuestras deudas en nuestro lugar). Dichas opciones son un riesgo para nosotros, puesto que si no tenemos suerte y sale mal, posiblemente pongamos en juego lo que hemos dado como garantía.

Eso sí, si nos sale bien puede ser que el banco nos avale una gran cantidad o incluso el 100% de lo que necesitamos. También hay que tener en cuenta que sí hay que tener dinero en ahorros, pues los gastos de hipoteca y compraventa suele rondar el 10 y 15% del valor de vivienda.