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crisisEl crédito puede ser bastante útil y al mismo tiempo muy perjudicial. Lo que debemos comprender es que el crédito no tiene una valoración en sí mismo, lo que es bueno o malo es lo que hacemos con él. En este sentido, es oportuno conocer algunas situaciones en las que no es nada conveniente recurrir al crédito.

Lo peor que podemos hacer es recurrir al crédito para pagar nuestros gastos corrientes. El crédito nunca debe destinarse para los gastos de mercado, servicios, mantenimiento, ropa, regalos, gasolina, etc., ya que todo esto debe estar siempre dentro de nuestro presupuesto. Si nos vemos obligados a recurrir al crédito en estos casos, sería el síntoma de una crisis en la economía doméstica.

Tampoco es recomendable abusar de las tarjetas de crédito. Si bien estas son bastante prácticas, se deben usar con poca frecuencia. Además, es vital cancelar el saldo total en el momento de la facturación.

Evidentemente, no debemos recurrir a otra clase de prestamistas fuera de las tarjetas, los bancos o la familia. Recurrir a una casa de empeño, por ejemplo, es el síntoma de que uno se encuentre agotando sus últimos recursos.