Impuestos que deben pagar las empresas en España

Si eres dueño de una pyme o de una gran empresa, es posible que te estés preguntando qué impuestos paga una empresa en España. Y es que, si bien hay una tributación determinada en ciertos casos, como sucede con el Impuesto sobre Sociedades (IS), no es el único aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de calcular cuánto se lleva Hacienda por tener una empresa a nuestro cargo en España.

A continuación, repasaremos los diferentes tipos de impuestos que deben pagar las empresas españolas para estar al día de sus obligaciones fiscales con la Agencia Tributaria. Así, podrás evitar posibles sanciones económicas que podrían poner en riesgo la viabilidad de tu negocio.

Los impuestos que deben pagar las empresas españolas

Como ya hemos adelantado, todas las empresas españolas deben pagar obligatoriamente una serie de impuestos. No hay forma de librarse de ellos, pero sí algunos trucos para pagar menos impuestos en la empresa. Aún así, te interesará saber que Hacienda diferencia tres grandes grupos de cargas impositivas que, de forma directa o indirecta, recaen sobre las empresas con actividades en España y que no siempre se tienen en consideración: el Impuesto sobre Sociedades, las cotizaciones a la Seguridad Social y los impuestos locales y regionales, además del IVA, que es común siempre.

Asimismo, a la hora de determinar los impuestos que deben pagar las empresas en España, es importante tener en cuenta que, en el caso del Impuesto sobre Sociedades, también varía dependiendo de los tipos reducidos, sobre todo en el caso de los empresarios que estén al frente de una empresa con menos de dos años de vida, cooperativas, Pymes y microempresas.

Para aclarar todas tus dudas, vamos a discernir entre impuestos directos e indirectos que deben pagar las empresas españolas:

Impuestos directos

  • Impuesto sobre Sociedades: con este impuesto, las empresas pagan un porcentaje sobre el beneficio neto obtenido, aunque no se hayan realizado actividades durante ese año.
  • IRPF: aunque la empresa no lo paga como tal, puesto que es un impuesto de tipo personal, sí que debe gestionar su pago, en plazos de 3 meses, salvo que la empresa sea de grandes dimensiones; en ese caso, debe realizar los pagos del IRPF de forma mensual.
  • Impuesto sobre Actividades Económicas: se aplica tanto a personas físicas como personas jurídicas. Quedan exentas de pagar este impuesto las empresas dedicadas a actividades agrícolas, ganaderas, forestales y pesca, así como las entidades sin ánimo de lucro.

Impuestos indirectos

  • Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): se trata de un impuesto indirecto que se paga por el consumo de productos y servicios. Las empresas recaudan este tributo a través de la venta de sus bienes o servicios y, a continuación, gestionan el pago del IVA en sus declaraciones trimestrales y anuales. En este punto, es importante distinguir entre IVA repercutivo e IVA soportado: por un lado, el IVA repercutido es el impuesto que paga la empresa cuando un cliente compra un producto o servicio, mientras que el IVA soportado es aquel que abona la empresa a sus proveedores. Así, la compañía debe ingresar a Hacienda la diferencia entre ambos tipos de IVA y sabrá, en definitiva, la cantidad que debe pagar de este impuesto.