Préstamos personales

Con demasiada frecuencia solemos recurrir a las entidades bancarias para conseguir préstamos personales. Se tratan de acuerdos a través de los cuales el banco se compromete al adelanto de una cantidad de dinero a una persona que recibe la denominación de prestatario. Dicha persona tiene la obligación de devolver ese importe y pagar además unos intereses pactados previamente y unos gastos vinculados a la transacción.

Los bancos ofrecen una gran cantidad de préstamos personales, también conocidos como préstamos de consumo, que en ocasiones aparecen con nombres comerciales del tipo ‘créditos vacaciones’, ‘préstamo coche’, etc.

Antes de decantarse por un préstamo personal hay que reparar en una serie de aspectos que son comunes a todos:

  • Tipo interés.
  • Comisiones de aperturación y cancelación.
  • Otros gastos.
  • Plazo de amortización
  • Importe de la cuota mensual.

En lo referente a los tipos de interés en los préstamos personales, suelen ser de interés fijo o variable. Un tipo fijo se mantendrá siempre al margen de las fluctuaciones en los tipos de mercado, mientras que el interés variable varía con el mercado. La elección entre ambas opciones se limita a la capacidad del usuario para lidiar con los posibles cambios en la deuda.

Además de reparar en el tipo de interés nominal, también hay que hacerlo en la TAE. Se trata de un cálculo un poco más más complejo que incluye el tipo de interés nominal y las comisiones que puedan aplicarle a su préstamo, valorando el plazo de la operación. Es un indicador más fiable del coste real del préstamo.

Aunque a simple vista algunos préstamos presenten un tipo de interés nominal bajo, sí que pueden acumular distintas comisiones por diferentes conceptos, como pueden ser la apertura, cancelación o amortización parcial.

Funcionamiento de los créditos personales

En los préstamos personales, a diferencia de los préstamos hipotecarios, la entidad financiera dispone de una garantía de producirse un impago. La persona encargada de contratar el préstamo personal debe poner como garantía sus bienes, mientras que en el caso de un préstamo hipotecario, además de la garantía personal también estará el inmueble hipotecado, que en caso de impago pasará a manos del banco.

Los personales suelen contar con un tipo de interés más alto y un plazo de amortización más pequeño respecto a los hipotecarios, lo que implica que sean más caros y que haya que devolverlos en un menor plazo de tiempo. La cantidad prestada también será inferior.

Por lo general, aquellos clientes que dispongan productos contratados con una entidad bancaria y saldos elevados tendrán más facilidades para obtener créditos con condiciones más ventajosas.

Requisitos para solicitar un préstamo personal

La entidad de crédito tendrá que hacer un estudio de viabilidad para valorar la capacidad de devolución del prestatario. Esto es previo a la concesión del préstamo. Este análisis incluye los ingresos mensuales y los compromisos de pago y deudas pendientes. Lo que les interesa en realidad es conocer si el usuario podrá hacer frente a las cuotas mensuales sin complicaciones. También tendrán en cuenta el patrimonio que servirá de garantía.

Entre la documentación precisa para pedir un préstamo personal están:

  • DNI.
  • Factura proforma o presupuesto del artículo que pretende comprar con el dinero prestado.
  • Comprobante de ingresos, como la última declaración de la renta y últimas nóminas.
  • Copia del contrato de trabajo.
  • Listado de patrimonio en el instante en que se pide el préstamo.
  • Recibo de la vivienda o contrato de arrendamiento.
  • Recibos de pago.

Las empresas de crédito procuran que exista coherencia entre el importe solicitado, la finalidad y el plazo de devolución. El préstamo personal debe utilizarse para financiar un servicio o producto de consumo determinado.