Habitualmente muchos emprendedores y pymes que inician su andadura empresarial se encuentran en una situación de falta de liquidez. Esto dificulta que se puedan realizar las inversiones necesarias para consolidar su negocio. Esta falta de liquidez impide la consolidación y la falta de consolidación, el acceso a la gran mayoría de modalidad de financiación de empresas que podemos encontrar.
Pero desde hace varios años se han hecho cada vez más conocidos los denominados microcréditos sin aval. Llamados así porque la cuantía del préstamo es reducida. Los microcréditos responden especialmente a las necesidades de crédito iniciales que tienen muchos autónomos y empresas. Te contamos aquí qué son exactamente los microcréditos sin aval y cómo funciona este tipo de financiación.
¿En qué consisten los microcréditos?
Los microcréditos son préstamos de pequeña cuantía formalizados con entidades de crédito, tanto públicas, como privadas. Se suele incluir el término sin aval, porque en la mayoría de microcréditos no es necesario, como veremos ahora.
En lo que a microcréditos se refiere encontramos que en el mercado financiero existe una gran diversidad, en cuanto a plazos de devolución, periodos de carencia o intereses. Por lo que podemos encontrar todo tipo de microcréditos que se adapten a las necesidades de la pyme o autónomo. Estas son las principales características que tienen en común los microcréditos.
Importes de los microcréditos
Una de las principales diferencias que tienen los microcréditos respecto a los préstamos tradicionales, es que la cuantía del préstamo no suele superar los 40.000. El importe máximo lo determina el prestatario y la necesidad de liquidez del autónomo o pyme. Pero las entidades que conceden microcréditos suelen fijar una cuantía máxima que puede ser de este importe, o incluso menor, en función del tipo de microcrédito.
Rapidez
Otra de las características que definen a los microcréditos es su rapidez. Esta se aplica tanto a la hora de aprobar la solicitud de microcrédito, como llegado el momento de su formalización y posterior disposición.
Sin aval
Esta es sin duda la característica más interesante de los microcréditos. La gran mayoría de las opciones en microcréditos disponibles para pymes y autónomos, se otorgan sin la necesidad de aportar un aval. Los microcréditos si aval funcionan fundamentando la garantía del préstamo en la confianza.
Aunque también existen entidades que conceden microcréditos en los que se solicita aval. Lo más normal es que se conceda el crédito sin él, sobre todo en los microcréditos de menor cuantía y en los destinados a pymes con proyectos que tienen una perspectiva de crecimiento.
Documentación necesaria
Como no se exige un aval, este tipo de créditos se apoyan en la presentación de un plan de negocio o un proyecto de viabilidad. Su fin es aportar una mayor confianza a la entidad prestataria. Pero además este documento servirá para justificar las necesidades de liquidez y la forma en que se podrá realizar la devolución del microcrédito sin impagos.
Cabe destacar que aunque la falta de aval implique la preparación de este plan de negocio, reducirá por otro lado la habitual aportación de documentación. Bastando normalmente con una copia del DNI del autónomo, o CIF en el caso de una pyme y un formulario de solicitud estándar.
Intereses
Aunque está claro que la ausencia de aval es una de las grandes ventajas de los microcréditos, en contrapartida es habitual que estas operaciones se consideren de riesgo. A pesar de que el importe del préstamo concedido sea muy reducido. Esto supone un mayor coste para la operación. Lo que se traduce en un interés más elevado.
En el mercado también encontramos microcréditos sin aval con un cierto carácter social o solidario. Destinados principalmente a colectivos en riesgo de exclusión social y a entidades relacionadas con ellos. En estos casos no se suelen cobrar comisiones y el interés del microcrédito sí que es más reducido de lo normal.