El gasto en el supermercado es uno de los más elevados que llevamos a cabo cada mes. La cesta de la compra ha estado viendo su precio incrementado durante varios meses, por lo que conseguir recortar en este tipo de gasto podrá ahorrarnos bastante dinero.

La crisis económica está cambiando los hábitos de consumo de los hogares, pero se ha de tener en cuenta ahorrar en la cesta de la compra puede tener efectos nocivos para tu salud y la de los tuyos.

Ahorrar en este esté capítulo, sin que la salud se resienta, es sencillo atendiendo unas cuantas reglas básicas.

La clave del ahorro: Apostar por alimentos no pre-cocinados y fruta y verdura de temporada.

Expertos nutricionistas aconsejan la compra de alimentos básicos no procesados, además de fruta y verdura de temporada para una cesta de la compra sana y económica.

Cereales como el arroz, junto con el pan, legumbres secas, leche, huevos, pescado, carne, verdura y fruta son necesarias para una dieta equilibrada, pero advierten que se deben evitar los pre-cocinados al ser ricos en azúcares y en grasas, además de más caros.

Asimismo, es bueno adquirir fruta y verdura de temporada porque están a mejor precio que las que no lo son o proceden de países tropicales o lejanos. En relación a las verduras congeladas, se debe tener en cuenta que estos productos muchas veces enmascaran grasas y contienen pocas proteínas.

Así, son preferibles los productos menos procesados bajos en grasa y ricos en fibra como los guisantes, zanahorias, espinacas, acelgas, menestra, por ejemplo, frente a los congelados que tengan rebozados, las lasañas, canelones o empanados que, además de poco saludables, encarecen sobre manera la cuenta del supermercado.

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Los envases también encarecen la cesta de la compra

En esa línea, hay que destacar que es imprescindible fijarse también en los envases de los alimentos porque cuanto menos procesados sean estos alimentos, son más baratos.

Los alimentos procesados necesitan estar en envases que les permitan unas condiciones de conservación más delicadas y menos perecederas con el fin de aguantar mayor tiempo de conservación, además de ser más caros por el tipo de envase, como en el caso de las latas y plásticos (lentejas estofadas, fabada asturiana, tomate frito, ensaladillas, salsas, etc.).

Por ello, se recomienda, por ejemplo, la compra de un kilo de arroz en lugar de un arroz ya cocinado, un paquete de pasta seca en lugar de la fresca que además es más calórica y cara, al igual que ocurre generalmente con las legumbres.

Carne y pescado: huir de los envasados

En el apartado de carnes, se aconseja la compra de carnes magras y económicas como el pollo siempre que se compre la pieza entera y se eviten los paquetes envasados al resultar más caros. Otras carnes bajas en grasa son el pavo, el conejo y la ternera magra. En el caso del pescado, son de consumo preferente los blancos (dorada, bacaladilla, merluza, lubina) frente a los azules que tienen un alto contenido en grasa (sardinas, salmón, caballa, etc.) y que se tienen que consumir igualmente por su calidad pero con menor frecuencia.