Los constantes problemas financieros, las caídas de las bolsas del mundo, y todos los problemas que actualmente afectan a la economía mundial repercuten en la economía doméstica de todos los ciudadanos.
El ejemplo más concreto de todo esto se da en la generación de empleo. La recuperación económica de los últimos años apenas se ha reflejado en la creación de nuevos puestos de trabajo. Por ello, los problemas actuales podrían empeorar aún más esta situación. A su vez, los expertos aseguran que cuando se incrementa el desempleo, el nivel de los sueldos tiende a disminuir.
La caída de los mercados también puede repercutir en la caída del consumo de las familias, así como también en la pérdida del valor de los activos de una familia. Esto se evidencia, por ejemplo, con la caída de los precios del sector vivienda.
Otro ámbito donde se refleja la caída de los mercados es en los fondos de pensiones. La caída de las inversiones de estos fondos en los mercados bursátiles puede repercutir en la economía de los futuros jubilados.
Finalmente, la crisis también afecta al comercio internacional, sobre todo en la medida en que las exportaciones dependan de la demanda de países afectados seriamente por la crisis.