Características fondos de inversión

Todos hemos oído alguna vez hablar de fondos de inversión, pero, ¿sabemos en realidad de que se trata?

Concepto de fondo de inversión

Los fondos de inversión son, desde un punto de vista jurídico, instituciones de inversión colectiva. Desde un punto de vista financiero, se trata de herramientas flexibles que ostentan ventajas fiscales y permiten la diversificación. Son capitales pertenecientes a un elevado número de personas que se destinan a la inversión por parte de profesionales que forman parte de la entidad gestora del fondo.

El dinero incluido en el fondo, puede ser destinado a adquirir diversos activos financieros. Normalmente existen unas reglas generales que permiten a los inversores decidirse por uno u otro fondo y a los gestores conocer qué tipo de productos financieros son los que más interesan a los titulares de las participaciones del fondo correspondiente.

Así, los fondos destinados a inversores con un perfil de mayor riesgo, se centrarán sobre todo en la adquisición de acciones, mientras que otros fondos orientados a perfiles de menor riesgo, adquirirán más renta fija, como es el caso de las letras del tesoro.

Existen también estructuras multifondo o familias de fondos que permiten a los inversores pasar de uno a otro, sin necesidad de vender sus participaciones.

Los activos en que los fondos pueden invertir son muy diversos. Así, además de los ya mencionados es posible invertir en commodities (según el Diccionario de la RAE, materias primas o a los productos básicos; a lo que habría que añadir que estan suficientemente homogeneizados como para ser sustituibles unos por otros), materias primas, obligaciones y bonos de diversos estados o empresas…

¿Qué características que definen un fondo de inversión?

Dentro del fondo de inversión, se distinguen los titulares o partícipes, que son los que adquieren las participaciones que forman parte del fondo. Su intención es que se invierta y puedan obtener con ello una rentabilidad.

Las participaciones, no son fijas, pues dependen del número de personas que quieran invertir en un fondo determinado. Su valor se determina por el cociente entre el patrimonio del fondo y el número de participaciones existente.

Las personas que optan por invertir en un fondo de inversión prefieren ceder la gestión de sus inversiones a profesionales especializados en la materia, estos profesionales, como antes señalamos, se integran en la sociedad gestora del fondo.

Junto a la entidad gestora, la ley exige que exista un depositario del fondo. En este caso, se trata de una entidad que ha de estar inscrita en la Comisión Nacional del Mercado de Valores y a la que se atribuye la función de custodia de los títulos u otros activos del fondo.

La ventaja del fondo es que no es necesario pagar impuestos por los incrementos patrimoniales en tanto no se vendan las participaciones.

Sin embargo, si se opta por vender las participaciones y existe una ganancia medida como diferencia entre el precio de adquisición y el de venta, será necesario tributar por ella.

No obstante, tanto si cambias de fondo, en una familia de fondos o estructura multifondo, como si vendes las participaciones para adquirir otras, se diferirá al pago del impuesto al momento en que se realicen tales participaciones.

El ahorro se grava en la actualidad con un impuesto genérico del 19 % por ciento. No obstante, no debes pensar que los impuestos y el valor de las participaciones serán las únicas cantidades que tendrás que desembolsar. Como en cualquier inversión, máxime si está gestionada por un tercero, habrá de pagarse gastos o comisiones de diversos tipos.

  • Cuando se compran las participaciones han de pagarse las comisiones de suscripción.
  • Cuando se venden las participaciones han de pagar se las comisiones de reembolso.
  • Y mientras se tenga activa la inversión, deben pagarse las comisiones de gestión.

En el caso de una familia de fondos o estructura multifondo, cambiar las participaciones de uno a otro no implicará el pago de comisiones de adquisición y/o desembolso.