El término balanza fiscal se define como un instrumento de información que calcula territorialmente los ingresos y los gastos de las instituciones públicas. Dicho de otra forma, una balanza fiscal son los datos que obtenemos al restar los ingresos y los gastos públicos.

Cómo se calculan las balanzas fiscales

El saldo de la balanza fiscal se obtienen al restar al gasto y la inversión que hace el Estado en una comunidad, los ingresos, vía impuestos, que esta comunidad autónoma aporta al Estado, pero esta operación no es tan sencilla como a priori parece y de ahí la polémica que siempre se genera cuando se hacen públicos estos resultados.

Enfoques que se utilizan para el cálculo de las balanzas fiscales

Existen al menos dos enfoques que utilizan variables diferentes para calcular el saldo de las balanzas fiscales y cada uno de ellos aporta datos distintos, de ahí el motivo por el cual cada territorio se incline por uno de ellos y esté totalmente en desacuerdo con el otro:

[list icon=»brankic-icon-abacus» ]Enfoque de flujo monetario.[/list]Intenta cuantificar el efecto que provoca el gasto del sector público en el territorio donde se efectúa.

[list icon=»brankic-icon-abacus» ]Enfoque del beneficio o carga-beneficio.[/list]Este sistema de cálculo trata de cuantificar cómo mejora el bienestar de los ciudadanos de un territorio gracias al gasto público.

Es decir, si el Estado construye una carretera para unir dos comunidades pasando por otras regiones, según el enfoque de flujo monetario el gasto se repartiría en función del coste de la carretera en cada comunidad pero, si atendemos al enfoque del beneficio el gasto se repartiría según el beneficio generado en las regiones conectadas, de forma que los resultados de cada operación pueden variar de forma significativa.

Además, a todo esto se añade que también es muy difícil repartir algunos gastos del Estado, bien porque afectan a más de una región o bien porque no son fácilmente asignables.

Objetivo de las balanzas fiscales

El objetivo de las balanzas fiscales es conocer la carga fiscal soportada por las personas residentes en cada comunidad autónoma y facilitar el análisis e interpretación de esos datos a efectos redistributivos.

Los datos que ofrecen las balances fiscales suponen un avance en el conocimiento de la distribución territorial de los ingresos y los gastos de la Administración Pública Central, entendida como la suma del Estado.