Se entiende por préstamo, o préstamo bancario, la operación por la cual una entidad financiera pone a disposición del cliente una cantidad de dinero determinada que se estipula a través de un contrato,  en el que se adquiere la obligación de devolver ese dinero en un tiempo establecido.

El contrato también establece las comisiones e intereses que el cliente ha de pagar a la banca a cambio de recibir prestada dicha cantidad. Cuando hablamos de préstamo, la cantidad de dinero que se pide prestada a los bancos se les llama el principal mientras que el interés es el precio que se paga por poder disponer de ese dinero. el periodo de tiempo para poder devolver ese préstamo se denomina plazo.

¿Cuántos tipos de préstamos existen?

Aunque generalmente solo se distingue entre préstamos personales y préstamos hipotecarios, en realidad los bancos suelen ofrecer siguientes tipos de préstamos:

  • Préstamos personales: Se utilizan generalmente para financiar necesidades específicas en un momento determinado, se trata generalmente de cantidades económicas pequeñas que se suelen utilizar por ejemplo un viaje, una boda o una reparación inesperada.
  • Préstamos al consumo: Este tipo de producto financiero se utiliza para financiar bienes de consumo de carácter duradero, como por ejemplo, un coche, una moto o algún electrodoméstico. Tanto los préstamos personales como los préstamos al consumo suelen ser préstamos de menor entidad con un plazo de devolución relativamente breve.
  • Préstamos de estudios: Se trata de un tipo de préstamos muy utilizados en el Reino Unido y Estados Unidos que se están globalizando cada vez mas debido a que las entidades financieras intentan mejorar sus productos anualmente. Se trata de préstamos dirigidos a estudiantes para financiar matrículas universitarias, estudios de postgrado o viajes al extranjero. Suelen tener un tipo de interés más barato que los préstamos personales.
  • Préstamos hipotecarios: Se caracterizan porque, además de la garantía personal, como garantía de pago también se ofrece una «garantía real» que consiste en la hipoteca de un bien inmueble. En el caso de no devolver el préstamo, el banco pasa a ser el propietario de dicha vivienda. Los préstamos hipotecarios se utilizan normalmente para la compra de una vivienda, aunque también se solicitan para la creación de un negocio. La garantía real de los préstamos hipotecarios deriva en que los tipos de interés que se aplican sean más bajos que en el resto de préstamos. Un aspecto esencial a tener en cuenta para contratar un préstamo hipotecario es que la cantidad prestada nuca puede superar el 80 % del valor real de la vivienda puesta como aval.

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